REFLEXIONES
José R. Yun
Servicios Google/Listín Diario, Matutino Dominicano
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Decir lo contrario de lo que se sabe, según el diccionario de la lengua Española: es el verbo mentir: se admite reconocer que la mentira tiene diversos grados; cuando exageramos u omitimos algo que tiene un fondo de verdad, se ejecuta la mentira más leve, la venial; si por el contrario se desprecia pragmáticamente el valor de la verdad contradiciendo lo que se sabe, es la otra mentira con un significado esencialmente perjudicial. Una forma gestual de la mentira es el fingir, que bien se le puede llamar el disfraz de lo incorrecto y la observamos con una relativa frecuencia en las numerosas encuestas pre-electorales, donde se acentúa el favoritismo distorsionando los resultados. Además lo percibimos en las alteraciones estadísticas del crecimiento económico, el desempleo, la pobreza y también en la sutil forma de disimular los gastos supuestamente institucionales durante el ejercicio de un franco escenario de campaña electoral.
Desafortunadamente a todos los niveles privados y públicos se ha institucionalizado el gran enigma del despliegue de la mentira que viene ocasionándonos un desgaste en el bien mayor del capital más importante de una nación, la pérdida de confianza de la fe pública. De manera pues es oportuno recordar lo que Abraham Lincoln dijo alguna vez “se puede engañar a mucha gente por poco tiempo y a poca gente por mucho tiempo, pero no a toda la gente todo el tiempo”.
domingo, octubre 14, 2007
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