Esperpéntico

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1. A trompadas. La diputada Lethi Vásquez Castillo agredió a la encargada del restaurante del Congreso, la señora Lucy Rodríguez, causándole lesiones. ¿Qué hubiera pasado si en vez de una diputada, la trabajadora hubiera sido agredida por un diputado? Probablemente el escándalo sería mayúsculo y sin duda, las reacciones oficiales no se habrían dejado esperar.

Ni decir que más de una voz se habría elevado públicamente denunciando violencia de género.
¿Por qué en este caso no? Porque probablemente muchos de los legisladores habrán socarronamente entendido que ese era un "pleito de mujeres". Parece haber algo fascinantemente ridículo en que dos mujeres se agredan.

El caso no es cómico, es esperpéntico. Tenemos a una diputada absolutamente incapacitada para ejercer el puesto para el que su partido nos la propuso y los ciudadanos la eligieron. Si no ha renunciado ya, que su partido se lo exija. Esa señora lesionó a una trabajadora que le recordaba las normas que rigen el funcionamiento del establecimiento, porque su señoría se las saltaba. Si no entiende que las normas se deben respetar, (y además es peligrosa), no pinta nada en el Congreso. Que se vaya.

2. A papeletazos. Sigue Amable Aristy entendiendo que repartir dinero es una forma elegante, provechosa y legítima de hacer campaña. Es extraño que insista; en su partido debería haber alguien que le haga entender que es una práctica reprobable, y que las prácticas reprobables no son la mejor manera de postularse para ser Presidente de la República. Las apuestas ahora se centran en saber cuánto tiempo aguantará su bolsillo a este ritmo. La campaña de Amable es esperpéntica. Que la cambie.

IAizpun@diariolibre.com