lunes, junio 09, 2008

Un gabinete tacaño

Necesitamos recortar gastos para enfrentar la crisis. Creemos que el ejemplo debe venir del mismo gobierno

Por
Celso Marranzini / El Caribe

Hace unos días el Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo declaró, con mucha propiedad, que era necesario que el Gobierno se abocara a un verdadero plan de austeridad.

Sectores han expresado la necesidad de recortar gastos frente a la crisis mundial del petróleo, la cual ha causado la crisis de los alimentos, por la búsqueda de combustibles alternativos que utilizan como materia prima productos derivados del agro.


Nuestro país nunca se ha caracterizado por ser ahorrador. Se critica al gobierno, pero la población tampoco es dada a economizar. Basta mencionar que aún con el galón de gasolina a cerca de doscientos pesos, no vemos una disminución del tránsito en las calles y carreteras, ni iniciativas para compartir los vehículos y gastos de combustibles.

Creemos que el ejemplo debe venir del mismo Gobierno. Con medidas y ajustes hechos a tiempo, se amortiguarán mejor los efectos de las crisis.

El Presidente, a partir del 16 de agosto, tendrá que nombrar nuevos ministros y funcionarios que estén más que conscientes de que la época del derroche terminó.

Que estén dispuestos a utilizar vehículos económicos, que los fines de semana usen sus vehículos particulares, que reduzcan gastos en publicidad, comidas, celulares y viajes.


La población pide a gritos un gobierno conformado por funcionarios que estén dispuestos a servir; que olviden la política y las candidaturas futuristas y se dediquen por entero a la función asignada; que defiendan los pesos y centavos del erario público; y más aún, que trabajen para el verdadero desarrollo del país promoviendo y financiando la producción industrial y agrícola, y apoyando el crecimiento de las exportaciones y del sector turístico.

Nada de lo anterior es posible, manteniendo una burocracia hipertrofiada e ineficaz.

El mensaje debe llegar por igual a los directores de los organismos descentralizados, a los legisladores, los síndicos, los regidores que con sus pretensiones de mayores salarios, se burlan de la población de menos ingresos y de los que pagan impuestos, y contribuyen a que el Estado mantenga costos insostenibles.

Vivimos en un país de alta presión fiscal, mucho más si calculamos ésta sin incluir impuestos como parte del producto interno bruto.

No soportamos más impuestos para ampliar gastos, más bien anhelamos una reducción de costos y ver que los aportes al fisco sean retornados en mejores servicios.

Tengo la seguridad de que de la misma manera en que el Gobierno ha logrado ser eficiente en las recaudaciones, puede ser también eficiente en la distribución del gasto.


Celso Marranzini es empresario

No hay comentarios.: