Es necesario crear conciencia de los problemas de la producción
FIDELIO DESPRADEL
La prensa escrita y televisiva llena sus espacios con el grito desesperado de los productores nacionales. El encarecimiento de los alimentos y todo lo relacionado a la producción agrícola y pecuaria, ocupa la atención de los grupos corporativos, funcionarios del gobierno y la opinión pública.
Los productores agropecuarios proponen plan al gobierno que contempla la eliminación de los impuestos al gasoil para uso campesino y subsidiar los fertilizantes y la soya para uso de avicultores y porcicultores. Demandas justas. Apoyarlas y acompañar a los productores en su brega por torcer el brazo al gobierno es lo menos que pueden hacer las instituciones políticas y sociales y la ciudadanía.
Pero al tiempo que apoyamos las justas demandas, es necesario ir creando conciencia acerca de la raíz de los problemas de la producción nacional, en particular la agrícola y pecuaria, y de los grandes males que aquejan a los dominicanos y dominicanas, harto denunciados, tanto por las fuerzas progresistas como por el anterior y último informe del PNUD. La trampa en la que tienen encerrado al país y sus gentes tiene relación directa con la política económica y con el conjunto del modelo que le han impuesto al país los últimos gobiernos que nos han fastidiado, de los cuales este último, presidido por el doctor Leonel Fernández, se gana el premio, tanto en la profundización de un modelo que nos conduce al precipicio, como en esas feas aristas de dicho modelo relacionadas con el nivel de corrupción, cinismo, indiferencia y demás atributos de este equipo gobernante. Rescatar la agricultura, pecuaria y producción nacional requiere mucho más que estas justas medidas y reformas que exige al gobierno la Junta Agroempresarial. De lo que se trata es de cambiar la política económica y modelo. Lo primero es la voluntad política del gobierno, respaldado por una correlación de fuerzas sociales favorables a este cambio de rumbo. El problema de fondo es hacia dónde se dirige el conjunto de la renta nacional, que hoy se inclina en forma abrumadora a favor de los importadores, los intermediarios, el conjunto del capital extranjero y el sector financiero.
Se necesitan, cada año, de muchos miles de millones de pesos dirigidos hacia la agricultura, pecuaria y manufactura nacional, suma que hoy va a parar a manos del capital financiero, de los importadores, los intermediarios y el capital extranjero.
Se necesita cambiar la Junta Monetaria, de forma tal que la llamada política financiera esté dirigida a facilitar la producción nacional y no a destruirla, como ha pasado en las últimas décadas. Se necesita que el grueso del ahorro nacional se dirija, a través de la banca y otros medios, hacia la producción y no hacia la importación, la intermediación y el consumo, como pasa hoy en día. Se necesita que el gobierno y demás instituciones del Estado garanticen el flujo de efectivo hacia las inversiones productivas, hacia el asesoramiento técnico, el apoyo a la investigación y la formación de la mano de obra para la producción. Se requiere que el gobierno y demás instituciones del Estado busquen la forma de garantizar las inversiones en la agricultura, pecuaria y manufactura, contra desastres naturales, plagas u otras contingencias anormales, de forma que los productores sean el objeto principal de crédito de la banca nacional, empezando por la banca estatal, que en los últimos años ha estado dedicada a hacer “negocios” para aumentar los dividendos de los importadores, intermediarios y todo tipo de especuladores, y los bolsillos de sus gerentes, que reciben un porcentaje de sus cuantiosos beneficios.
Se necesita frenar el contrabando y que el gobierno contribuya a crear el mercado para la producción nacional y las facilidades para el transporte y almacenamiento de esta producción y se necesita, como cuestión de primer orden, poner las tierras del Estado y las tierras ociosas o mal utilizadas en manos de verdaderos productores, cambiando los motores de “motoconchistas” por tractores, invernaderos y sistemas modernos de producción.
El actual gobierno y sus socios (que tienen una voracidad e indiferencia sin precedentes en la historia) no están en capacidad de dar un giro de esta envergadura y naturaleza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario