POR RADHAMÉS GÓMEZ PEPÍN
La elección de un negro como candidato a la Presidencia de Estados Unidos se produjo anoche por primera vez, luego de 143 años de ser abolida la esclavitud tras una muy cruenta guerra civil.
El hito histórico corresponde al senador Barack Obama, de 46 años de edad, y al Partido Demócrata, que podrían recuperar la deteriorada Casa Blanca si Hillary Clinton es escogida para la candidatura vicepresidencial.
Muchos piropos entre ambos políticos se han producido después de la elección de Obama, pero no todo fue un mantel de rosas durante las semanas recientes.
En ella le sacaron en cuenta a Obama que no llevara en la solapa de su saco un escudo de Estados Unidos ni que colocara su mano derecha en el pecho al escuchar el himno nacional de ese país.
Y a Hillary le censuraron con energía que se hiciera acompañar de Bill, su esposo, durante la campaña, por considerar que él estaba descalificado para ello luego de sus aventuras sexuales en la propia sede del Gobierno.
En fin, que cosas como esas suceden siempre entre humanos, no importa donde residan ni el papel que les haya correspondido desempeñar.
Antes que Obama también lucharon por la nominación presidencial demócrata los reverendos Jesse Jackson y Al Sharpton, pero ambos líderes de la comunidad negra fracasaron en sus intentos.
Creo que el binomio Obama-Clinton debe derrotar al candidato republicano John McCain, heredero -quiéralo o no- de todos los errores, excesos y mentiras de George W. Bush, a quien muchos de sus compatriotas califican como uno de los peores Presidentes que ha tenido Estados Unidos, si no el peor.
Hillary, de 61 años de edad, hasta hoy en la mañana no había aceptado públicamente su derrota, pero Prensa Asociada insiste en que ella ha dicho que está en disposición de ser la compañera de Obama en la oferta demócrata.
Si triunfa esa fórmula es muy probable que, en 2012, Obama opte por la reelección para estar en la Casa Blanca hasta el 2016, cuando Hillary ya tendría 69 años de edad, y le significaría más trabajo que ahora escalar el siguiente peldaño...a menos que ocurra algo imprevisto durante esos ocho años.
Entre lo imprevisto, yo no tengo base para descartar nada, absolutamente nada, porque la Historia estadounidense me lo impide.
El triunfo de Obama en modo alguno significa que ciertos criminales imprevistos hayan desaparecido en Estados Unidos, aunque las nuevas generaciones se empleen a fondo para lograrlo.
Todavía quedan allí grupos muy poderosos y protegidos que hacen y deshacen a su mejor parecer, y esa gente no tiene límites cuando piensa mal.
Por eso Obama, aun como Presidente, siempre estará en la cuerda floja. Todo porque es negro y el KKK se desarrolla.
rgomez@elnacional.com.do
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