El PRD actúa de espaldas a la realidad partidaria y nacional
BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
La arqueología de la realidad actual debe poner el caso sobre la mesa y con las herramientas modernas, los equipos adecuados y la experiencia de cirujanos de la cotidianidad encontrar dónde hay que hundir el escalpelo para eliminar la parte dañada, impedir que continúe el mal, regenerar lo salvable, lo bueno y re-emprender el camino que, concuerdo con el sacerdote guerrillero colombiano Camilo Torres cuando dijo: la lucha es larga, comencemos ya.
Los imperios han sido destruidos por la ambición, el crecimiento anárquico y por no atender el imperio con la misma eficiencia en la metrópoli que en sus fronteras.
Los partidos que crecen sin un programa, descuidan la maquinaria y dependen de factores que no son los más beneficiosos para el grupo. El Partido Revolucionario Dominicano, de tan larga, limpia y hermosa trayectoria actúa de espaldas a la realidad partidaria y nacional.
El mal comenzó cuando se calló a los disidentes con acuerdos de aposentos y con la contribución a la elefantiasis del Comité Ejecutivo Nacional, donde hay una serie de personas, cuyos dos o tres pesos o nombres de relumbrón les han permitido escalar posiciones que no merecen, pues poco tienen que ver con la historia de luchas del partido, y pasan de críticos del PRD a su Comité Ejecutivo Nacional.
El PRD se convirtió en una fuerza política importante mientras fue una selección de líderes entre líderes, lo que se hacía de esta manera:
Diez Comités de Base eligen 3 miembros para la convención del Comité de Zona;
Esos 30 compañeros eligen el Comité de Zona;
Diez Comités de Zona eligen 3 compañeros para la Convención Municipal;
Esos 30 compañeros eligen 3 compañeros para la Convención Provincial.
En una provincia de cinco municipios, esos 15 compañeros eligen el Comité Provincial.
Cada Comité Provincial elige cinco compañeros para que participen en la Convención Nacional, cada vez que fuera necesario convocarla.
El Comité Ejecutivo Nacional tendrá 150,160 miembros.
Las convenciones deben celebrarse en fechas fijadas en los estatutos, así los compañeros pueden hacer el trabajo político para que sus iguales los distingan con su voto. Al abandonar ese modelo el partido cayó en el providencialismo, el reparto de mercedes estratificó la corte y colocó más cerca de la luz a los ciegos, a quienes mejores mieles tenían en la palabra envenenada de adulación.
Se volvió a la política del índice benefactor que aupaba antojadizamente a gente que cree que está por encima de otros. El Partido Revolucionario Dominicano necesita una revolución interna que separe la paja del grano, aísle al corrupto, premie a quienes lo merecen y castigue los audaces que con palabras bonitas o mucho dinero quieren mantener secuestrado, para siempre, al buey que más jala, la luz que más alumbra. Combatamos la oposición interna de gente que trabaja para sí en desmedro de los intereses del Partido.
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