viernes, junio 06, 2008

La columna de Miguel Guerrero


Por Miguel Guerrero / El Caribe

Los diarios digitales publicaron ayer fotografías y detalles de una misa oficiada en una iglesia de Roma a la que asistieron el presidente Fernández, su esposa, los funcionarios que lo acompañan en su gira por Europa y el personal acreditado en las embajadas de Italia y el Vaticano.

La misa fue dicha por monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo de la arquidiócesis de Santiago y presidente del Episcopado Dominicano, quien estuvo asistido de varios sacerdotes, y en presencia de altos representantes de la Santa Sede, en la basílica de San Giovanni Batista del Fiorentini, donde se encuentra, según la versión periodística ofrecida por el gobierno, un cuadro con la imagen de la Virgen de la Altagracia.


En sentido general, esto nada tendría de extraño, dado que Roma es el centro del catolicismo mundial y el reciente fervor religioso del señor Fernández.

Lo que llama la atención es el motivo del oficio, que la misa fuera en “acción de gracias” por la reelección del presidente.

Es decir para agradecer al Altísimo un triunfo electoral que probablemente no agradó al 47 por ciento de los dominicanos, en su mayoría católicos, que votaron por las distintas opciones de oposición.


Una actividad para la cual viajó al viejo continente una respetable y admirada autoridad eclesiástica y que hará preguntarnos sobre el rumbo por donde se encamina el país. No se necesitan más palabras.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do

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