La República Dominicana necesita líderes vestidos de presidentes que reinventen la arquitectura social existente.
-Por Milton Morrison
-DE EL CARIBE, MATUTINO DOMINICANO-
La presidencia de la República ha de ser el cargo público más codiciado por los dominicanos y dominicanas, debido al poder que aglutina. Podríamos afirmar que en cada político activo existe un potencial candidato.
La historia política, encierra muchas decisiones expresas para alcanzar dicha posición, siendo revelador la cantidad de partidos y movimientos, que aunque algunos subyacen su realidad en el apoyo de otros, su origen parte del deseo particular de alcanzar el poder. Obviamente las pretensiones silentes son mayores.
Sabrán aquellos que aspiran lo que implica ser presidente de un país como este, donde los elementos básicos para desarrollar una vida digna no están resueltos para las mayorías y los grandes problemas no vislumbran soluciones mínimas a corto ni mediano plazo.
Sabemos que el poder es directamente proporcional a la responsabilidad social. Es decir, un gran poder arrastra una gran responsabilidad y viceversa.
El artículo 55 de la Carta Magna otorga poderes y facultades muy amplias al Poder Ejecutivo representadas directamente en el Presidente, por lo que podemos aducir que los presidentes son altamente responsables del destino del país, y co-responsables de las acciones de sus funcionarios.
Los aspirantes a la presidencia deben tener ideas claras. Han de ser personas con capacidad y carácter para enfrentar los problemas nacionales y contar con colaboradores que sean especialistas.
Deben tener inteligencia emocional; primar en ellos, la empatía, vista como la predisposición a admitir las emociones, escuchar los demás y ser capaces de comprender pensamientos y sentimientos, aun no sean expresados verbalmente.
La ética y honradez son muy importantes, si quieren combatir la corrupción. Han de ser personas cuya preparación, visión y compromiso animen y movilicen la Nación hacia niveles altos de institucionalidad y respeto a las leyes, de manera que nos permitan lograr sostenidamente, no solo crecimiento, sino desarrollo económico. Ese ha sido el reto insatisfecho, el cual se acentúa a medida que avanza el siglo XXI.
En síntesis, qué tipo de presidentes necesita el país? Necesita líderes, vestidos de presidentes que reinventen la arquitectura social existente, de tal forma que provoquen que la sociedad produzca el capital social e intelectual necesarios para acceder a los estadios del desarrollo.
Milton Morrison es ingeniero
La historia política, encierra muchas decisiones expresas para alcanzar dicha posición, siendo revelador la cantidad de partidos y movimientos, que aunque algunos subyacen su realidad en el apoyo de otros, su origen parte del deseo particular de alcanzar el poder. Obviamente las pretensiones silentes son mayores.
Sabrán aquellos que aspiran lo que implica ser presidente de un país como este, donde los elementos básicos para desarrollar una vida digna no están resueltos para las mayorías y los grandes problemas no vislumbran soluciones mínimas a corto ni mediano plazo.
Sabemos que el poder es directamente proporcional a la responsabilidad social. Es decir, un gran poder arrastra una gran responsabilidad y viceversa.
El artículo 55 de la Carta Magna otorga poderes y facultades muy amplias al Poder Ejecutivo representadas directamente en el Presidente, por lo que podemos aducir que los presidentes son altamente responsables del destino del país, y co-responsables de las acciones de sus funcionarios.
Los aspirantes a la presidencia deben tener ideas claras. Han de ser personas con capacidad y carácter para enfrentar los problemas nacionales y contar con colaboradores que sean especialistas.
Deben tener inteligencia emocional; primar en ellos, la empatía, vista como la predisposición a admitir las emociones, escuchar los demás y ser capaces de comprender pensamientos y sentimientos, aun no sean expresados verbalmente.
La ética y honradez son muy importantes, si quieren combatir la corrupción. Han de ser personas cuya preparación, visión y compromiso animen y movilicen la Nación hacia niveles altos de institucionalidad y respeto a las leyes, de manera que nos permitan lograr sostenidamente, no solo crecimiento, sino desarrollo económico. Ese ha sido el reto insatisfecho, el cual se acentúa a medida que avanza el siglo XXI.
En síntesis, qué tipo de presidentes necesita el país? Necesita líderes, vestidos de presidentes que reinventen la arquitectura social existente, de tal forma que provoquen que la sociedad produzca el capital social e intelectual necesarios para acceder a los estadios del desarrollo.
Milton Morrison es ingeniero
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