Hace dos días un puñado de agitadores perteneciente al grupo extremista Tupamaros, se apostaron frente a Radio Caracas Televisión RCTV (empresa privada de televisión en Venezuela, próxima a ser arbitrariamente nacionalizada por el gobierno de Hugo Chávez), pintaron graffitis y vociferaron insultos contra su presidente Marcel Granier y el emblemático periodista Miguel Angel Rodríguez, quien ha cuestionado con valentía tanto al gobierno como a la oposición. Esto, aunque nos entristece, no nos toma por sorpresa, los partidarios del gobierno ya llevan 8 años acostumbrándonos a esta práctica fascista.
Ana Julia Jatar
De Analítica, Caracas.-
Por ello, lo que quiero compartir con ustedes hoy es otra reflexión; creo yo, más profunda. Los mismos Tupamaros se dirigieron también a los trabajadores de Radio Caracas. Les gritaban en tono amenazante que tuvieran el valor de liberarse del opresor (los dueños de la televisora) ya que tenían que entender que luego de la nacionalización les esperaba algo así como el paraíso terrenal. Según el argumento de los Tupamaros, los actuales empleados de la empresa privada RCTV, iban a ser libres cuando se convirtieran en trabajadores del Estado . Y es que a los Tupamaros no les importa la voluntad de las miles de personas que están en la nómina de RCTV por su propia decisión. Según ellos, esos trabajadores están oprimidos… pero no se dan cuenta. Claro está, como tantas otras veces en la historia de las revoluciones, tienen que venir unos “iluminados” como ellos, a forzarlos a ser libres y a entender que son esclavos aunque no lo sientan así…
Recordemos a Rousseau (1713-1778) ese pensador del siglo XVIII, padre de la Revolución Francesa, quién terminó siendo el inspirador de los totalitarismos más nefastos de la historia. Rousseau fue el diseñador de la utopía del “buen salvaje”. En su trabajo discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres, analiza el tránsito del “estado de la naturaleza” al “estado social” como una degeneración (no un progreso) producto de las desigualdades sociales que surgen con la propiedad privada.
Rousseau y quienes lo siguieron llegaron a pensar que a quienes se opusieran a esa libertad sin propiedad privada donde todos volveríamos a nuestro estado “natural” de coexistencia pacífica había que “forzarlos a ser libres”. Les prometo que no voy a caer en una perorata aburrida pero por favor síganme sólo por los dos párrafos siguientes. Les recomiendo que lean sobre las diferencias entre libertad Positiva y libertad Negativa hecha por el filosofo Isaiah Berlin.
Para Berlin, la “libertad negativa” es la libertad de interferencia en asuntos personales, que implica la limitación del poder del Estado dentro de un fuerte marco legal. La “libertad positiva” por otra parte, es libertad para: libertad para poner en práctica algún bien mayor en la historia tal como lo propone Roussseau. En el centro de los proyectos fascista y comunista, advierte Berlin, hay una determinación de usar el poder político para liberar a los seres humanos, les guste o no , con el objetivo de realizar algún fin histórico superior. Esa determinación, dice Berlin, inevitablemente conduce a la represión.
El Miércoles 17 de Enero Simon Bocanegra escribió lo siguiente con referencia al hecho de Radio Caracas:
“¿Piensan los agresores directos y sus dirigentes políticos en los hombres y mujeres acorralados en la sede del canal, temiendo cosas peores? El socialismo se debe a altos y nobles ideales. ¿Lo son la cayapa, el insulto, la pedrada, la violencia? No. Esos son los antivalores del fascismo.”
Mi punto, a diferencia de Bocanegra, es que es precisamente en nombre de “esos altos valores y nobles ideales” se han construido las dictaduras más opresivas de la historia. Desafortunadamente, hoy en Venezuela ese discurso Rousseauniano que lleva consigo una interpretación de la libertad en su peligrosa acepción “positiva” tal como lo describe Berlin, lo sabe usar muy bien el presidente venezolano. Chávez y sus seguidores en nombre de esos supuestos altos ideales, hoy ya controlan todos los poderes. No conformes con ello, al Presidente le acaban de dar una Ley Habilitante sin agenda específica, algo nunca visto en la historia moderna de nuestro país, es decir para que legisle sobre lo que quiera y como quiera. Si, el gobierno puede hacer lo que quiera en nombre de los altos y nobles valores, para imponer la “verdadera libertad” que representa su Socialismo del Siglo XXI.
Cuando desde el poder se pretende forzar a los ciudadanos a ser libres en nombre de supuestos ideales sublimes, el camino hacia el totalitarismo ya está trazado. Abramos los ojos pues eso es lo estamos viviendo aquí, en nuestro país.
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