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La mayoría de los venezolanos votó por la reelección de Hugo Chávez, como presidente. Pero ¿está esa mayoría de acuerdo con la instauración de un Estado represivo y antidemocrático?.
En la Venezuela de Chávez parece no haber Día de Inocentes sino de los Vetados. "Es mejor que vaya preparando sus maletas y vaya viendo a ver qué va a hacer a partir de marzo. ¡No habrá nueva concesión para ese canal golpista que se llamó Radio Caracas Televisión (RCTV)!". El anuncio lo hizo Chávez justo este 28 de diciembre, cuando el mundo hispanoamericano espera toda suerte de noticias, aunque no tan graves como el comienzo del “fin de la libertad de prensa en Venezuela”.
"No se va a tolerar aquí ningún medio de comunicación que esté al servicio del golpismo, contra el pueblo, contra la nación, contra la dignidad de la República”, dijo el Chávez Frías, el mismo fallido golpista del 4 de febrero de 1992, en una de sus arengas.
Socialismo en marcha
Los planes de Chávez van más lejos. La prioridad la tiene la instauración de un Estado socialista. La fundación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), dos semanas después de las elecciones del 3 de diciembre de 2006, es un “claro paso a la profundización del carácter socialista de la proclamada Revolución Bolivariana”, dice el profesor de Ciencias Políticas, Friedrich Welsch en Focus, una publicación del Institut für Iberoamerikakunde, con sede en Hamburgo.
La transformación del Estado venezolano parece, en efecto, estar en plena marcha. Chávez ya ha ordenado la realización de un plan quinquenal que va desde 2007 hasta 2011 para enrumbar a la Fuerza Armada en "la nueva era". Dicho proyecto, se llama, por supuesto, Plan Bolívar 2011.
En esa misma dirección va la también anunciada reforma constitucional que prevé la reelección presidencial, aún después de que este haya gobernado más de dos períodos legislativos. “Si lo logra, Chávez se asegurará entonces la candidatura (única?) en las próximas elecciones dentro de seis años”, es la apreciación de Welsch. Lo que aún no está claro es cuáles de los 23 partidos que apoyaron la reelección de Chávez se adherirán al partido único. Cualquier asociación con los Comités Centrales del desaparecido bloque comunista, no será entonces mera coincidencia.
Reencauche de sistemas fallidos
Es evidente. Chávez y su movimiento bolivariano llevan paso por paso a un Estado de corte unipartidista y autocrático, apoyado en una sociedad militarizada. Todos estos elementos innegables del surgimiento de una dictadura.
Lejos de los temores infundados que aún generan la sola mención del término socialismo, lo que si sorprende es que el socialismo vaya a ser anclado en la Carta Magna de Venezuela. No asusta la palabra en sí, pero lo que sí sorprende es que, a pesar de que la realidad histórica ha demostrado que el socialista es un Estado irreal y caduco que - una vez pervertidos sus fines siempre ha desembocado en una dictadura - haya aún mayorías que embarguen su voto por una sociedad más restrictiva, más uniformada, más represiva y, por supuesto, menos democrática.
Parcialidad y juego sucio
Tanto observadores venezolanos como extranjeros declararon la preparación y realización de las pasadas elecciones presidenciales del 3 de diciembre como “en su mayor parte, de acuerdo con las normas vigentes en ese país”, dice Welsch. Los expertos advierten empero que “hubo puntos débiles relacionados con la libertad de libre elección y el juego limpio durante la campaña”.
La Comisión de Observación de la Unión Europea que monitoreó todas las informaciones emitidas por el canal estatal de Venezuela y cuatro privados durante la última campaña y elecciones detectó que mientras el canal oficial le dedicó el 90% del tiempo de las emisiones a Chávez, su contendor, Rosales, estuvo presente sólo 30% en dos de las televisoras particulares. En los otros dos canales, también Chávez dominó la programación. La conclusión de la evaluación es que el cubrimiento de la campaña como de las elecciones que resultaron con la segunda reelección de Hugo Chávez fue “parcial, según las leyes venezolanas”.
Los observadores europeos resaltan que de 1.100 quejas justificadas presentadas ante la Comisión Electoral de Venezuela, sólo 5 fueron sancionadas. “Más claro no puede demostrarse la parcialidad de dicha oficina”, concluye el reporte.
“Mayoría aprobó autocracia perfecta”
Y tras las elecciones, las quejas por la violación contra la libertad de prensa se suman. "Cada agresión contra periodistas e instalaciones de Globovisión ha sido denunciada ante las autoridades, pero se quedan en la Fiscalía. No hay ni un solo imputado", dice su presidente, Alberto Federico Ravell.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomendó al Estado venezolano reparar tales violaciones a los derechos fundamentales, so pena de dirigirse a la Corte Interamericana, como máximo organismo hemisférico de protección de los Derechos Humanos.
Una cosa está clara: Chávez fue reelegido por el 62,9% de los electores. Una mayoría aprobó con su sufragio “una autocracia perfecta”. ¿Pero también asintió la instauración de un Estado antidemocrático?
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