El tiempo es un niño que juega con los dados; el reino es de un niño. El que no espera no se encontrará con lo inesperado; y lo inesperado es difícil y arduo. Heráclito. Respirar hondo y soltar lentamente el aire de los pulmones, buscando o esperando un no se qué ante los cuestionamientos de un grupo de párvulos. La vida se complica sin saber si empeorará en el futuro o si vivir en la intríngulis aquella de que si no conviene, no lo hagas. Si no es verdad, no lo digas. Pues tu impulso ha de ser equilibrado. Tremendo problema tratar de hablar con un grupo de niños esparcidos en el suelo de madera oscura, vieja, desgastada y raída, pero limpia, mientras algo parecido a un abanico luchaba contra un aire impregnado de tierno sudor y, sobre todo, de inocencia, que colmaba el ambiente. A pesar del esfuerzo y los quejidos del enmohecido abanico por quebrar el calor, el bochorno nos envolvía en una niebla miasmática que, por igual, nos mantenía a todos empapados en sudor, haciéndome recordar los días de entrenamiento en la jungla, abriendo camino con el machete entre la densa vegetación y el esfuerzo para cortar la maraña que se interponía en el sendero. Esto es un símil muy parecido entre la lucha en la jungla, en la selva cuasi silvestre y la lucha a muerte por preservar la juventud de la amenaza latente, peligrosa y maligna que se desarrolla en esta jungla de varilla-cemento, intereses y drogas, en la actualidad. Los que vivimos esos momentos nos convencimos de que no era fácil abrir camino en la jungla, pero aquello tampoco era un escenario para recrearse ni pasear. No era fácil y, sin embargo, había que avanzar al igual que desplazarse en esta lucha contra las drogas. La inteligencia sana debe cultivarse y prepararse para todo lo bueno y para percibir todo lo malo que pueda acontecer. Pero, ¿quiénes son los llamados a llevar a cabo esta tarea?. ¿ Continuaremos trillando el mismo camino errado de creer que todo lo tiene que resolver el gobierno?. Ya hemos clamado ante quienes pueden contribuir a fortalecer el desarrollo de nuestra juventud de una manera más sana orientada hacia las buenas acciones. Pero, al igual que el tema prohibido de la inmigración ilegal, - al cual no voy a referirme por ahora-, si quiero que sepan los empresarios serios y honestos de este país, que no cegaré en reclamar su atención sobre aquellas instituciones que trabajan a mano pelá en la prevención y orientación sobre el peligro que representan las sustancias prohibidas y su efecto dañino en nuestra juventud. Por hoy y, sólo por hoy, voy a dar un respiro, aclarando que este reclamo sólo va dirigido a los cientos de miles de empresarios dominicanos y extranjeros que son ejemplo de sacrificios, honradez y decencia pero nunca, ni siquiera pensar que en esta nueva empresa, que ustedes van con seguridad a echar hacía adelante, se cuelen ni por azar del destino los prós peros empresarios que, en verdad, a esta lucha sólo aportarían dinero vergonzante y presencia denigrante. No, definitivamente. Hoy no voy a llamar a mis amigos empresarios que de por sí ya han comenzado a interesarse en el asunto. Hoy quiero llamar la atención a los comunicadores televisivos que cada día penetran en nuestros hogares; a los intelectuales que cada día nos deleitan con su sapiencia, plasmando en blanco y negro sus conocimientos, opiniones y preocupaciones por mejorar cada día esta sociedad ; a los conductores de programas de análisis sobre la problemática nacional; a las distinguidas damas y abogadas que conducen programas populares tanto por radio como por la televisión; a nuestros embraguetados ingenieros, ya sean además escritores, consultores, comunistas o excomunistas o exguerrilleros; a los intelectuales que asisten a las diferentes peñas de los supermercados; a los sacerdotes; a los aspirantes a presidentes, dirigentes barriales en fin, a todos aquellos que tienen presencia en el quehacer nacional, a todos los que son conocidos por su voz o su gordura ?no estoy hablando necesariamente de Freddy ni Boruga-, les hago el siguiente llamado: ?¿Por qué no dedicar por lo menos una hora al mes para impartir charlas en escuelas, colegios y universidades, sobre el daño que producen las drogas en el ser humano? ; ¿Por qué no decirles y que esta juventud vea en ustedes que se puede triunfar en la vida sin el uso de sustancias prohibidas?; ¿Acaso no son ustedes el mejor ejemplo viviente en el que se puede ver nuestra juventud?; ¿Saben ustedes que tiempo permanecerá en las mentes de estos mozalbetes y la emoción que les producirá el poder compartir con ustedes sólo unos momentos?. ¡ Los Dioses bajan del Olimpo!. Pero eso no es nada todavía. Se imaginan que además de ustedes ir a estas actividades aunque haya calor, aunque el ambiente no sea el mejor, aunque sufran lo mismo que yo pase eso sí, con una satisfacción que aún perdura. Se imaginan que en los periódicos justo al lado donde se publican las actividades sociales, los pases de modas y hasta donde se dan a conocer los últimos chismes de la farándula, aparezca otra columna señalando las escuelas y colegios donde Don fulano de tal estará impartiendo charla de orientación sobre sustancias prohibidas. ¿Se imaginan?. Pido excusas por estas divagaciones, por estas utopías que hacen ver mis fantasías como realizables. Pero cuántas cosas más habrá por lo que muchos querrán condenarnos para librarse de nosotros. Sólo me resta decir como los antiguos filósofos: ?Me marcho de una vida tal que en ella los mismos compañeros por los que tanto he luchado, he rogado, me he preocupado, ellos mismos quieren echarme, esperando quizá alguna comodidad de ello?. Por todo lo anterior es que dijo: Para la piedra que se arroja hacia arriba no es ningún mal bajar ni ningún bien subir. Así sea. E-mail: rafaelpiloto1@hotmail.com - Por: Rafael R. Ramírez Ferreira
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