-DE EL NACIONAL, VESPERTINO DOMINICANO-
Escribía José Ramón López, pensador dominicano de finales del siglo XIX y principios del Siglo XX que "en todos los países civilizados es principio de respeto a la ley representada por el funcionario, aquí el espíritu feudal lo ha convertido en respeto al individuo funcionario, casi siempre distanciado -y a menudo divorciado- de la ley. De ahí una hostilidad permanente entre la autoridad y el pueblo. Es que la primera no respeta la ley, la regla que todos hemos votado y aceptado, sino la arbitrariedad". Un siglo después... Una nota de prensa en los periódicos nacionales informa que el jefe de la Policía, Bernardo Santana Páez, dispuso el arresto de dos oficiales, incluyendo un coronel, supuestamente sorprendidos compartiendo tragos con un recluso del penal La Victoria acusado de narcotráfico. Agrega la noticia que el coronel aprehendido fue identificado como Miguel Gutiérrez Peralta, comandante de La Victoria, quien alegadamente fue visto junto a otro oficial y un alistado departiendo con el narcotraficante Jaime Alonzo Calle Muñoz de origen colombiano, en la plaza Bella Vista Mall, en la capital. También informan que salen con frecuencia a la citada plaza para visitar un salón de belleza ubicado en la misma plaza. Un siglo antes... José Ramón López escribía su encuentro con un americano de la época. El americano explicaba que veía hombres mal vestidos y flacos, con cara de miseria, y cuando se le ocurría ofrecer trabajo a cualquiera de ellos descubría que era un poeta. Para el americano éste era un raro país. En los Estados Unidos cuando la gente se agrupa para crear un pueblo, no solicita poetas, no forma literatos. Trabaja sin descanso hasta cimentar sólidamente su riqueza y su primer esparcimiento es fundar una escuela y una iglesia. Para el americano era incomprensible que en Santo Domingo el hombre sea poeta antes de haber adquirido una camisa. Un siglo después... En otra información de la prensa nacional la cónsul general de República Dominicana en Holanda, Margarita Pérez, afirma que la comunidad dominicana es algo "conformista". "Los dominicanos no carecen de alimentos, ropa, salud, vivienda ni de oportunidades educativas. Los dominicanos que viven en Holanda están urgidos de un bien inmaterial: un empujón que levante su autoestima y la capacidad de mirar hacia el futuro con un sentido de progreso. Aunque el Gobierno holandés proporciona a los emigrantes un subsidio que oscila entre los 1,000 y 1,800 euros, vivienda y centros de estudio para que aprendan el holandés y se incorporen al mercado laboral, Pérez asegura que la mayoría de los dominicanos inicia los estudios y luego se sale de la escuela. Agrega la cónsul: "lo que tenemos es una comunidad un poco conformista porque lo que cobrarían trabajando por un salario mínimo es lo mismo que reciben del Estado". ¿Serán poetas? Un siglo antes... También decía José Ramón López que la costumbre hace mas leyes que las leyes costumbres. v.yanguela@verizon.do.net - VIOLETA YANGUELA
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