Testigo del tiempo | J.C. Malone | (Tomado delListin Diario, Matutino dominicano) |
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NUEVA YORK.- El presidente Shangun pidió tropas estadounidenses para preservar la independencia libanesa en julio del 58, semanas antes de mi nacimiento. En la escuela de periodismo, en 1976, los maestros Francisco Comarazamy y Lipe Collado me hicieron escribir sobre la invasión Siria al Líbano. Don Calazanz Omar Cepeda, presidente de HIBS Radio Dial en San Pedro de Macorís, me empleó por primera vez como periodista, cuando la Liga Árabe enviaba tropas a Beirut.
En 1978, durante la tortuosa transición de Balaguer a Guzmán, Israel invadió el Líbano. Otra fuerza multinacional ocupó el país. Antes de juramentarse Jorge Blanco, en 1982, Israel invadió el Líbano. Entonces tropas francesas, italianas y estadounidenses ocuparon el suelo libanés. Este verano, antes de mi cumpleaños, como hace 48 años, Israel bombardea el Líbano por las mismas viejas razones. Y esperan tropas extranjeras. Otra vez.
En Michigan conocí a María Salomé, una cristiana libanesa devota de Baco, entregada como nadie al disfrute más intenso de cada momento. Sin poder contenerme, una tarde le expresé mi sorpresa por su hedonismo libertino, irreverente y penitente. “Es la guerra,” alegó. “He vivido bajo un bombardeo constante, y la guerra, después de los muertos, somos los sobrevivientes” explicó. “Crecí con bombas cayendo en mi patio, escuela, calles e iglesia. Siempre caen en verano. Un verano mataron a mis vecinos, otro a unos parientes, el siguiente a unos amigos. Disfruto cada instante a plenitud porque puede ser el último. Cansada de llorar las muertes, aprendí a celebrar la vida.
Eres dichoso. No tuviste que vivir así. Para ti las bombas son noticias internacionales. Tu vida no tiene llanto, es todo celebración” dijo, colgando sus brazos velludos de mis hombros, con una pícara mirada en sus grandes ojos negros y una sonrisa iluminando su rostro color canela. Tiene razón, ciertamente soy afortunado. |
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