sábado, septiembre 30, 2006

Intolerancia oficialista arroja sangre y boches

Pancarta

Raul Perez Peña
La ejecución a mansalva del joven Onny Rodríguez y las heridas provocadas a otros manifestantes civiles en Navarrete, así como las reprimendas públicas de funcionarios a empresarios, constituyen señales ominosas que incrementan las tensiones en el panorama dominicano.

Testimonios y pruebas irrebatibles en el escenario de los hechos convergen en que el militante del Frente Amplio de Lucha Popular, FALPO, fue fusilado por los agentes policiales que lo arrestaron.

El consabido pretexto del “intercambio de disparos” no tenía espacio de credibilidad, lo que provocó la admisión de la culpabilidad policial, mientras la prensa informa de más víctimas de la represión a las protestas.

Otras expresiones de la intolerancia oficialista brotan de los labios de ministros y voceros gubernamentales ante críticas al peligroso rumbo que lleva el país emitidas por representantes empresariales.

Desde hace mucho se viene advirtiendo en los más diversos círculos la gravedad de las distorsiones en la política del gobierno que desvía las más grandes inversiones a obras no prioritarias y a una nómina pública parasitaria, mientras descuida elementales urgencias en la educación, la salud, la seguridad social, etc.

En tanto crecen las denuncias de irregularidades en esferas gubernamentales, se multiplican los prolongados apagones en todo el país, sumándose a las calamidades que sufre una población que se debate en la sobreviviencia.

Luce que al gobierno se le está “llenando el cuarto de agua” mientras crecen los temores de que se lo puede tragar la furnia del Metro, en momentos en que carece de argumentos para justificar sus desaciertos.

“El empeoramiento de la situación se veía venir, pero la epidermis del oficialismo no soporta críticas, cosa que genera irritación en las alturas de Palacio”, comentó un ciudadano, quien agregó no sorprenderse por las reacciones de funcionarios que actúan “bajo una religiosa intolerancia”.

Los boches del oficialismo a quien no lo aplaude, así como la represión, son vientos que presagian perturbación social. Por eso la inquietud creciente.
columnapancarta@yahoo.com

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