Aumentan dramáticamente las agresiones a periodistas en la presente administración del presidente Fernández y el PLD.
Un conversatorio realizado anoche en el auditorio Orlando Martínez del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) presentó las agresiones que, mediante asesinatos, prisión, golpiza, rotura de equipos, insultos y amenazas, han afectado a periodistas en el ejercicio de sus funciones.
Atentados incluyen asesinatos, atentados, golpizas, intimidación, prisión, dice CDP.
Mercedes Castillo y Olivo de León, presidenta del Colegio Dominicano de Periodistas y secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, presentaron un informe estadístico que da cuenta, durante los dos últimos años, de 40 casos de agresiones a la prensa, incluyendo tres asesinatos, tres atentados, cuatro casos de intimidación mediante interrogatorios abusivos, tres casos de agresión física, otros tres de amenazas de muerte e insultos, once casos de persecusión y otros.
Los agresores, de acuerdo con el cuadro entregado a El Nacional, incluyen narcotraficantes, pandilleros, jefes de seguridad de altas personalidades, oficiales policiales y militares y hasta la seguridad de un bachatero.
La denuncia se produjo en el conversatorio a que convocó anoche el Colegio Dominicano de Periodistas sobre el tema "Periodismo y delincuencia", con la intervención de Virgilio Almánzar, del Comité Dominicano de los Derechos Humanos; Juan Bolívar Díaz, director de Uno+Uno (Teleantillas), y Radhamés Silverio, director ejecutivo de Hábitat, una organización ambiental de la cual Juan Andújar era dirigente. El conversatorio formó parte del programa de actos del segundo aniversario del asesinato del comunicador azuano.
Los casos de asesinato son los de Andújar, en Azua (el 14 de septiembre del 2004), y el de Johnny Martínez, en San Cristobal, (Semana Santa de este año).
También el del abogado y periodista Domingo Disla Florentino, productor de televisión en Boca Chica (el pasado mes de agosto), acribillado a balazos por tres hombres que lo emboscaron y quien había sido fiscal durante la primera gestión de Leonel Fernández, y el asesinato de Lalito González, en Azua, ultimado por un comerciante.
Los casos de atentados, de acuerdo con el cuadro estadístico corresponden a Jorge Luis Sención; el de Euri Cabral, (de la Z-101 y distintos programas de televisión), atacado a tiros por desconocidos la noche del 29 de septiembre 2004, en un caso aún no aclarado por las autoridades); César Montesinos, a quien le quemaron su carro en la marquesina de su casa (en Dajabón, en julio 2006), y el del periodista Hugo Martínez, de Boca Chica (atacado por sectores del narcotráfico en julio 2006).
El 16 de mayo del 2005, el periodista Ruddy Germán Pérez, de El Nacional, fue amenazado con una pistola cuando intentaba verificar la compra por dos mil pesos de cédulas de votantes en un colegio electoral de la avenida San Juan de la Maguana. Varias personas salieron en su defensa, por lo que la situación no degeneró en tragedia.
Entre los casos de intimidación mediante interrogatorios ilegales o abusivos, según el CDP, se encuentran los de Federico Méndez, Benjamín Benzán, Leoncio Comprés y Diego Pesqueira (este último del matutino Hoy), quienes fueron requeridos para declarar sobre los reportes que escribieron en torno a una investigación oficial.
Resaltan los casos de Adonis Díaz, de Diario Libre, (septiembre 2006), mandado a buscar para ser interrogado por un alto oficial de la Dirección Nacional de Control de Drogas. El Presidente de la República condenó ese hecho, aún cuando el presidente de la DNCD, general (DEM) Rafael Ramírez Ferreira, envió una carta diciendo que se trató simplemente de "una conversación amigable".
También se citó el caso del fotógrafo Orlando Ramos, de Clave Digital, golpeado y llevado a prisión por órdenes del jefe de la seguridad de la Primera Dama (agosto 2006), mientras hacía su trabajo. La misma seguridad de la Primera Dama expulsó por la fuerza del Teatro Nacional al periodista José Rafael Sosa, invitado por el Despacho a cubrir el concierto de Juan Luis Guerra y otros otros artistas en torno a la pintura de Cándido Bidó. Posteriormente la doctora Margarita Cedeño de Fernández envió sus excusas a este redactor.
Otros casos de agresiones físicas, insultos y prisión fueron los de seis periodistas de Bonao (no se dieron sus nombres) por parte de un inspector de la Presidencia (entre junio, julio y agosto 2006). William Estévez, en Santa Cruz de las Matas, fue agredido por la seguridad del bachatero Anthony Santos, que le rompió la cámara y le agredió física y verbalmente (julio del 2006).
Recientemente, dijo Virgilio Almánzar, durante una manifestación frente a la embajada de Israel, el jefe de seguridad de la delegación diplomática agredió a camarógrafos para impedirles hacer tomas de la concentración.
Almánzar puso a dispocisión de los periodistas a los abogados del Comité de Derechos Humanos y dijo que unos casos que se han presentado actualmente, como el de César Montesinos, pueden ser presentados ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que desde fuera del país se ordene a las autoridades dominicanas prestar protección e investigar a fondo los hechos.
Otros casos denunciados incluyen a Juan Sánchez, perseguido por Vladimir Pujols, en Azua (septiembre 2004) y los casos separados de otros diez periodistas en distintos pueblos del país, de los cuales no se detallaron sus nombres.
También fue amenazado de muerte e insultado el 4 de junio pasado el fotógrafo Franklin Guerrero, de El Nacional y Hoy, por parte del capitán Luis Ernesto Trinidad Dotel y el segundo teniente Ramón Antonio Brito Peña, en el patio de la Fiscalía de Santo Domingo Este, cuando cumplía con su trabajo profesional. El doctor Guerrero presentó una querella ante el Departamento de Asuntos Internos, pero nunca le han interrogado ni se ha sancionado a los oficiales que le amenazaron.
Un testimonio desgarrador presentado anoche en el panel fue el de Víctor Manuel Quiñones, director del periódico El Higuamo y productor de un programa de televisión en el canal 43 de San Pedro de Macorís, quien denunció a una banda de supuestos policías a la que se atribuye numerosos asesinatos, fue notificado ayer de una demanda por difamación por parte del ex general de la Policía Simón Radhamés Guerrero Castillo.
Juan Bolívar Díaz destacó en su exposición que los periodistas están regularmente entre dos fuegos: la represión de las autoridades y la respuesta agresiva de la delincuencia.
Destacó que entre prensa y delincuencia hay una relación tormentosa de muchos años, debido a que los violadores de la ley encuentran un obstáculo en el periodismo serio.
Señaló que igualmente las autoridades ven en los periodistas un obstáculo para el desarrollo de actividades impropias de sus cargos.
"Los periodistas somos como el jamón entre las dos capas del emparedado. Estamos en medio de todas las presiones de los sectores que se consideran afectados por nuestro trabajo, incluyendo los delincuentes de cuello blanco del sector privado", afirmó Juan Bolíivar.
- Por José Rafael Sosa
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