Conocí al doctor Leonel Fernández en el año 1979, siendo profesor de Sociología de la Comunicación Social, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, llevando la impresión inmediata de su brillantez intelectual y carácter diplomático, convirtiéndose desde entonces en mi peledeísta preferido.
Es así como en la campaña interna del PLD, para escoger al candidato presidencial para la contienda electoral de 1996, escribí varios artículos favorables al doctor Fernández. Decepcionado de sus gobiernos, hoy me arrepiento de esos escritos y confieso que el presidente tiene una especie de “magia para confundir a la gente”.
En las primarias peledeístas el doctor Fernández competía con Norge Botello (que en paz descanse) y con Euclides Gutiérrez Félix, persona, esta última, por la que sentía gran rechazo, por la forma en que se dirigía al doctor Peña Gómez y al Partido Revolucionario Dominicano.
Ocurre, sin embargo, que Gutiérrez Félix no es tan malo como aparenta, el problema está en su “estilo y en su lengua”. Todavía hoy califica al PRD de “federación de pandillas”, pretendiendo dañar a esa organización política, cuando el daño se lo hace él mismo como hombre público, como intelectual, pero sobre todo como historiador, por su carácter apasionado.
En política no se puede generalizar. El PRD es una gran muestra de lo que es la sociedad, con grandes defectos y virtudes. Conozco a muchas personas honorables en el partido blanco, pero yerro al mencionar nombres, porque el espacio es insuficiente y caería en exclusiones involuntarias.
En el propio PLD hay centenares de figuras adornadas de valores éticos y morales. Conocí, por ejemplo, al doctor Bidó Medina siendo rector de la UASD y podría decir que es uno de los hombres más serios que hay en el país. Es la misma opinión que tienen aquéllos que les acompañaron cuando fue diputado.
En más de una ocasión el senador Rubén Darío Cruz (Rubén Toyota) me ha hablado del carácter transparente y honesto del presidente del Senado, doctor Reynaldo Pared Pérez. De ser así, el PLD y el país cuentan con un activo importante y una gran reserva moral.
Pero no puedo dejar de mencionar al senador de Peravia, el doctor Wilton Guerrero, el político que ha exhibido mayor voluntad de combate al narcotráfico, el crimen que es el responsable principal de los altos niveles de violencia y delincuencia en la República Dominicana.
Dice Bertrand Russell que “La humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica y otra que practica y no predica”. Prefiero a la última.
Y que se acabe de una vez, dotando a los partidos de ideología y valores morales que les dieron origen, que los candidatos a puestos electivos, entiéndase Presidente, senador, diputado y síndico, tienen que ser necesariamente personas adineradas. ¡Por Dios, lo moral e ideológico van primero!
Observemos la cantidad de profesionales liberales y sindicalistas de izquierda que últimamente han sido electos presidentes en los países del continente. Pongámonos en consonancia a los vientos que soplan en la región y empecemos a valorar a los políticos decentes y de pensamiento progresista.
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