sábado, febrero 14, 2009

El agua y los campesinos


Los campesinos tienen la memoria de muchos años de observación
Escrito por: Bonaparte Gautreaux Piñeyro
Hoy, Matutino Dominicano

En tiempos de Gamal Abdel Nasser, Egipto buscó ayuda financiera de Estados Unidos y ante la negativa recurrió a la solidaridad de la Unión Soviética para construir la represa de Asuán.

¿Para qué represar el río Nilo cuyas crecidas aguas fertilizaban la tierra todos los años cuando se botaba de madre? Para controlar las avenidas, contener las aguas y poder disponer de ellas todo el año.

Aquí las cosas ocurren al revés.

La presa de Tavera ha sido manejada con tan poca responsabilidad que su desagüe ha producido muertes, destrucción de viviendas, cosechas, escuelas, poblados.

Los campesinos tienen la memoria de muchos años de observación que se pasa de padres a hijos, por eso dicen que un burro que tropieza con una piedra, jamás vuelve a tropezar con el mismo obstáculo en el mismo sitio. Nuevamente se desfogan las aguas de la presa de Tavera de manera criminal, sin tomar en cuenta que río abajo moran miles de personas en viviendas construidas de forma precaria, con elementos débiles, incapaces de resistir un ventarrón.

Nuevamente, como un ladrón que opera con nocturnidad, la presa fue liberada en horas de la noche, como si se hubiera olvidado la experiencia recién pasada que mató nadie sabe a cuántas personas.

Lo peor es la impunidad con que actúan funcionarios de todos los gobiernos, sabedores de que no tendrán que responder por sus hechos ni ante la justicia ni ante una sociedad que cada día aumenta su indolencia ante escándalos, crímenes, exhibición de riqueza adquirida súbitamente y un largo etcétera.

Es sabido que las aguas buscan sus cauces, aún después de años de la desaparición de corrientes y ríos.

Es una irresponsabilidad mayúscula, permitir la construcción de casas en tierras por las cuales durante siglos pasaron corrientes de agua desaparecidas por la deforestación y las complicidades de funcionarios que depredan y permiten la depredación de bosques, ríos y todos los recursos naturales.

Cuando se construye una casa, un barrio en la pronunciada ladera de la barranca de un río, es de esperar que tarde o temprano las aguas reclamen su cauce y se produzcan derrumbes con su consiguiente secuela trágica.

Vidas humanas, siembras, cosechas, animales, viviendas, serán arrasadas por los ríos cuando se produzcan lluvias durante varios días.

Hay soluciones para todos los males, siempre que haya la voluntad de resolverlos.

Las aguas del río Yaque del Sur, luego de la presa que moja el valle de Azua, se pierden en la bahía de Neiba luego de dañar Jaquimeyes y Palo Alto, que se inundan desde siglos.

Las lluvias de las últimas décadas desbordan la laguna de Cabral y pueden provocar la desaparición de esa fuente de vida y de trabajo.

No sé qué falta por hacer para que se construya la represa que frene y maneje las aguas del Yaque para que produzcan riqueza y no tragedias y miseria.

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