Por José Gómez Cerda
Presidente de la Asociación Dominicana de Periodistas y escritores (ADPE)
La política está actualmente en crisis. La mayoría de los políticos se destacan por la corrupción, tráfico de influencias, el deseo constante del continuismo en el poder; muchos utilizan la inteligencia, los conocimientos y sus habilidades para su provecho personal y familiar, las vinculaciones con sectores que manejan el dinero fácil…No tenemos líderes políticos que sean modelos para la juventud y las próximas generaciones.
Sin embargo, algunos maestros nos han dejado ideas y criterios sobre LA POLITICA, entre ellos está el gran filosofo francés JACQUES MARITAIN.
El filósofo que ha tenido mayor influencia en el pensamiento político cristiano es JACQUES MARITAIN. El renovó el estudio Tomista para presentarlo activo en la época moderna, para crear una nueva civilización y darle mayor contenido al compromiso de los cristianos en la política.
Los cristianos que están actuando en la política, como aquellos jóvenes que aspiran a integrarse activamente en ella, pueden encontrar en Maritain un arquetipo para la ordenación de las ideas políticas, los grados del saber, el uso de la inteligencia y la acción social. Su virtud y su saber le dieron autenticidad en el pensamiento y la acción, dando primacía al SER sobre el TENER.
Para Maritain el hombre está formado por la cultura anterior de las virtudes intelectuales y morales; el hombre se sostiene a sí mismo mediante la inteligencia y la voluntad, estando el espíritu en la raíz de la personalidad.
El explica que cada persona es parte del Estado, sin embargo, tenemos bienes y valores (materiales y espirituales) que no existen por el Estado, ni para el, por lo tanto están fuera de su alcance.
Maritain plantea un personalismo diferente a la tesis del individualismo liberal (muy de moda en nuestra sociedad actual), que sólo considera al hombre como un individuo o simple átomo social. La persona es más que el fragmento material del individuo, por su espiritualidad.
Maritain expone que el Bien Común obliga a la redistribución de los bienes sociales para el beneficio de la Persona Humana en su desarrollo integral, con un fundamento de autoridad y una moralidad intrínseca, que es EL PERSONALISMO COMUNITARIO.
La vida política del hombre cristiano debe aspirar al Bien Común, no como la suma de los bienes individuales, sino para mejorar las condiciones y las vidas de la mayoría del pueblo, especialmente los más desposeídos. Qué todos podamos vivir como hombres libres, disfrutar de los bienes de la naturaleza, la cultura, la economía y el espíritu.
La política es un estilo de vida de inspiración personalista, una autoridad que dirige a los hombres libres a la búsqueda del Bien común, por medio de la Justicia Social.
El despertar de la conciencia cristiana a los problemas estrictamente temporales, sociales y políticos, implicados en la instauración de una nueva cristiandad, traerá consigo el nacimiento de nuevas formas políticas específicas y de inspiración intrínsecamente cristianas.
El capitalismo, especialmente representantes del neoliberalismo, han expandido la idea de que en los momentos actuales no es necesario exponer las doctrinas, ni las ideologías, solo tratar lo que sea eficaz y vaya en beneficio del capital y el mercado. Esa es una trampa histórica, que los cristianos no deben caer en ella, pues al contrario, ahora más que nunca se necesita la orientación, el contenido y la vivencia militante del compromiso cristiano.
La Nueva Cristiandad que plantea Jacques Maritain procura una estructura pluralista, con autonomía en lo temporal, libertad de las personas, unidad de la raza social; una obra común a desarrollar.
El pensamiento de este gran filósofo francés tiene un carácter natural (no sobrenatural), con una profundidad íntegra, repleta de una energía espiritual penetrante, conmovedora.
Maritain expuso que el punto de partida para poder unificar los criterios era distinguiendo inicialmente cada uno de los temas, para luego buscar la unidad. Algo importante en la acción política es definir el criterio que se tiene del pueblo.
La sociedad moderna actual requiere de líderes políticos y sociales que pueden ser coherentes en el pensamiento y la acción, que es: LA AUTENTICIDAD.
Muchos líderes políticos « modernos » han defraudado al pueblo, con actos de corrupción. ...Aunque predican las buenas costumbres en público, eso es la falta de autenticidad.
La corrupción política es un mal de actualidad, que en muchos casos se produce por la falta de compromiso con el pueblo, en otros casos por falta de la aplicación correcta de la moral en la vida política.
La falta de autenticidad en la política es un mal que debe ser superado, por militantes con nueva mentalidad, compromisos con el pueblo y una formación integral.
La acción política corresponde a los laicos, en sus respectivos ambientes, buscando siempre la verdad. Cristo está siempre en favor de los pobres, sin necesidad de recurrir a engaños políticos, ni a la violencia, sino en base a la verdad.
Al laico le corresponde ocuparse en forma directa de la vida política, responsabilidad que debe asumir, con principios y valores auténticos.
Este artículo es un fragmento del capítulo sobre:
LA POLÍTICA SEGÚN JACQUES MARITAIN, del libro “ARTE, FILOSOFIA Y POLÍTICA”, de José Gómez Cerda
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