miércoles, septiembre 22, 2010

El Tren Trujillo o de la Intervención?


Por AUGUSTO ALVAREZ

Agonizando, el tren de pasajeros heredado por la dictadura de Trujillo de la intervención norteamericana de 1916, aún se mostraba en capacidad de cubrir la ruta programada. Una mañana de finales de los años 40, el gusano mecánico hizo sonar su claxon para alegría de los lugareños y admiradores de aquel moderno medio de comunicación. La agresión alemana contra Polonia arrancó. Y sigue su agitado curso. Posiblemente de algún punto ubicado en el valle de la Vega Real, el tren habría partido, fijándose como destino final el municipio de Sánchez, en la provincia de Samaná.

Violentando tierras vírgenes que sostenían la economía nacional (básicamente zonas sembradas de arroz, caña de azúcar, tabaco y otros rubros) el aparato heredado por el régimen seguía orgulloso dando servicios a los selectos usuarios.

A la distancia, los cañones y las bombas seguían sembrando la muerte desde Santiago, la fortaleza San Luis se constituía en escolta muda al desplazamiento del modernismo (el tren) en tanto el monumento vendría a ser el ojo de águila a distancia de la dictadura.

Más allá de la capital de la región del Cibao, el general Piro Estrella se espantó en su lecho debido al ruido producido por la máquina de acero cuando éste partió del municipio de Palmarejo al tiempo justo en que Martina Bocito advertía a sus mujeres mantenerse alerta en procura de escuchar cualquier cuestión de interés para el régimen.

Por fin, dos días después de iniciarse la segunda guerra mundial, Inglaterra responde.

Oxidadas vías férreas aún permanecen sembradas en Pimentel, Sánchez Castillo y otros puntos que constituyeron eslabones de la ruta del tren.

Habrían los costos que matizaron la crisis económica durante la contienda bélica aconsejado al régimen de Trujillo sacar de circulación el tren de pasajeros?

Sorprende que los historiadores modernos oculten la existencia de una ruta vial que matizó un importante período de un régimen que habría tenido razones de peso$ para desconectar un insipiente medio de comunicación.

Considerar la existencia del Tren Trujillo o de la Intervención es una realidad que no puede ser secuestrada a la hora de pontificar acerca del metro que en la actualidad se pretende ampliar sin parar miente en la hambruna que padecen cientos y cientos de hogares en la República Dominicana.

Lo que sí es cierto es la existencia de cientos de huecos dejados por las bombas que fragmentaron el mundo, en tanto que aquí el hueco dejado por los rieles sirvieron para terminar de sepultar los cadáveres de miles de haitianos víctimas de la represión trujillista por el simple hecho de no saber pronunciar la palabra perejil.

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