martes, enero 27, 2009

La columna de Miguel Guerrero

Elías Sosa, el famoso ex beisbolista de Grandes Ligas, está lanzando el partido más importante de su vida y la insensible burocracia dominicana, léase bien que no escribí corrupta, se lo está echando a perder.

Como jugador activo su especialidad consistía en lanzar pocas entradas en medio del juego para preservar ventajas o impedir que el contrario las aumentara. Ya retirado ha aprendido a lanzar el juego más largo y difícil de su carrera, para lograr que Pedrito, el niño que ha estado bajo su total y segura protección y la de su esposa, le sea finalmente entregado en adopción.

Lleva en esa lucha cinco de los ocho años del niño, con el consentimiento de la madre biológica, Carolina García, quien sin posibilidades de darle una buena educación y una vida feliz a su hijo lo ha puesto voluntariamente bajo el cuidado de Elías, un hombre de profundos sentimientos religiosos, buena posición económica y un ciudadano ejemplar, con grandes amigos en este su país y en Estados Unidos, donde reside junto a su esposa estadounidense.

Las autoridades de CONANI le han puesto todos los obstáculos imaginables, negándole a un pobre niño dominicano una oportunidad que no encontrará jamás en el país.

Cada día que Sosa pierde en este su gran partido, cada día de insensibilidad de las autoridades responsables de eliminar toda objeción legal a la adopción, es un día que Pedrito no recuperará jamás. A su edad estará atrasado en su educación cuando ingrese a Estados Unidos.

Elías tiene una buena pensión y trabaja además para las Grandes Ligas en programas de fomento del béisbol fuera de Estados Unidos. Su esposa, radióloga y especialista en mamografía, labora en el Hospital Prebisteriano de la ciudad de Charlotte, Carolina del Norte, por 25 años.

El CONANI le está impidiendo a Elías darle a Pedrito lo que el Estado no puede garantizarle. Pero él está decidido a ganar su gran juego.
Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do

No hay comentarios.: