Wilfredo Alemany
De Miguel Vargas Online
Con el título El PRD NO PUEDE OCUPARSE DEL PAIS, Juan Bolívar Díaz pone el dedo sobre la llaga en muchos aspectos que tienen que ver con estrategias, tácticas e historia de esa organización política y de algunos de sus principales dirigentes.
Comparto su afirmación de que el PRD hizo “el ridículo” frente a la convocatoria del gobierno a una Cumbre, pero solo en lo concerniente a lo tardío de su respuesta. En cuanto a todo lo demás y, por lo ya conocido en torno a ese evento, queda claro que este gobierno se ha burlado una vez más del país. Y que la decisión del PRD y de numerosas y prestigiosas organizaciones cívicas y populares, de no acudir al citado evento en las condiciones pautadas por el gobierno, fue correcta.
Juan Bolívar considera que es “…equivocada (la) estrategia de Miguel Vargas Maldonado de perseguir la presidencia del partido para asegurarse la candidatura presidencial…” porque eso “…determina una intensa y larga lucha sin cuartel que podría culminar en una división del principal partido de la oposición y el mas antiguo del sistema político nacional”. Esto quiere decir que anda muy mal un partido que puede dividirse porque uno de sus más destacados miembros pretende ejercer un derecho consagrado en sus estatutos.
Al igual que amplios núcleos de la población dominicana, JBD cree, que la situación por la que atraviesa el PRD, “…alienta las corrientes continuistas en torno al presidente Leonel Fernández, cosa que implícitamente considera, no conviene al país.
En su análisis JBD se ha decantado, de la mejor buena fe, por una de las Visiones que hoy se debaten en el PRD. Aquella que considera que en lo fundamental, tanto la estructura actual, los estatutos y hasta la mayoría de su liderazgo, es lo que el PRD necesita para hacer oposición y alcanzar de nuevo el poder. Bastaría con ponerse de acuerdo en algunas cosas para ”evitar confrontaciones”.
Quienes así piensan, al parecer no alcanzan a ver por que”…el PRD se muestra incapaz de presentar planteamientos unificados, serios y coherentes sobre la forma de enfrentar la crisis económico-social…”.
En el análisis que comentamos se menciona de soslayo que en lo que respecta al tema de la Cumbre “…la respuesta de Miguel Vargas Maldonado “pareció la mas adecuada”. Debía verse en ese “pequeño” detalle que, detrás de la propuesta a tiempo y detallada de Miguel Vargas hay una VISION profundamente diferente a la que sostienen muchos en el PRD.
La propuesta de MV presentada al país, a propósito de la Cumbre, es una reiteración de lo que ha sido su posición en varias ocasiones en que el país ha sido sacudido por eventos de diferente índole, como fueron las tormentas Olga y Noel. Recuérdese que también en esa ocasión MV presento al país un conjunto detallado de propuestas para, abordar los efectos de esos fenómenos naturales, que se convirtieron en catástrofe por el mal manejo de la Presa de Tavera por parte de las autoridades.
Miguel Vargas y los que formamos parte de su tendencia en el PRD creemos que justamente lo que permite la situación de la que se queja, con justa razón JBD, es una estructura partidaria que privilegia los acuerdos en la cúpula, y margina a las bases de la organización en la toma de decisiones. Con mecanismos hipertrofiados que impiden la renovación de sus cuadros; la discusión permanente de los problemas del país, para plantear soluciones y construir una alternativa a los que hoy nos mal gobiernan. En el PRD existe una Visión donde los organismos son suplantados en cada coyuntura por acuerdos de aposento, en la que el liderazgo medio y las bases solo sirven para legitimar el reparto de las instancias de poder del partido y que lo separa de la sociedad.
Muchos de los que nos adversan al parecer están complacidos con las cuatro victorias electorales, obtenidas después de casi 50 años de haber llegado la primera avanzada perredeista a la Republica Dominicana. Solo 12 años de gobierno, siendo un partido mayoritario no parece ser un buen average.
Dice JBD en su análisis que “…la estrategia (de MV) de unificar la dirección partidaria y la candidatura presidencial como imprescindible para alcanzar el gobierno, va contra la tradición del PRD que en sus cuatro victorias presidenciales equilibró fuerzas y grupos…” dejando en manos diferentes la dirección del partido y la candidatura presidencial. Esta tradición es vista, evidentemente, como exitosa.
Es posible que se nos diga que estamos especulando, si afirmamos que probablemente ese esquema es el que le ha impedido al PRD haber sido gobierno más veces de lo que ha sido. Solo compárese al PRD con los otros dos grandes partidos del sistema, en cuanto a los años que han gobernado desde que ambos fueron formados.
La historia del PRD recoge que esa modalidad que reparte los poderes internos, obliga a la formación de grupos, no necesariamente tendencias, que devienen a lo interno en una especie de federación de partidos, que se replica en cada instancia de decisión y en los frentes de masa y en la elección de cada aspirante a un puesto municipal o legislativo.
En ese esquema organizativo cuando la distribución del poder no puede pactarse en la cúpula y las bases no pueden ejercer su soberanía de forma democrática, asoma el fantasma de la división, o de la inacción que paraliza.
Esa situación la salvaba el Dr. José Francisco Peña Gómez, en una permanente tensión entre los poderes especiales, que se le otorgaban por presión de las bases, y la transferencia de poder a estas, mediante la elección directa de los dirigentes, y de los aspirantes a puestos públicos. Fue una estructura de reparto y no sus legítimas aspiraciones a la candidatura presidencial lo que dividió al PRD a principios de los noventa. Por eso su empeño en votaciones abiertas y directas de las bases, para garantizar que la cúpula no tuviera la primera y última palabra en las cosas más importantes del partido.
Y ni hablar de la feroz oposición que se hacia al gobierno de su propio partido en las cuatro ocasiones que ha sido gobierno. La parcelización del poder impide la asunción de un plan único de partido que se pueda implementar una vez se llegue al poder.
El modelo que plantea Miguel Vargas unifica en una sola estrategia todo el potencial de una estructura que tiene como meta un objetivo: la llegada al poder del estado para desde allí hacer las transformaciones que requiere la sociedad dominicana de estos tiempos.
Ninguna estructura moderna, cual que sea, puede tener varios centros de mando al mismo tiempo para alcanzar un mismo objetivo.
Por demás la búsqueda por la presidencia del partido y luego la candidatura a la Presidencia de la República es algo que pueden asumir todos los que quieran aspirar, siempre y cuando respeten los estatutos vigentes.
La decisión final sobre el destino de cualquiera de las aspiraciones y / o modificaciones estatutarias debe ser tomada de manera libérrima por las bases del Partido Revolucionario Dominicano y por nadie mas.
Los recientes acuerdos que hizo Miguel Vargas con Hipólito Mejia y con otros líderes del PRD, se limitaron, estrictamente, a viabilizar la realización de los eventos contemplados en la ley electoral y en los estatutos de esa organización, que tienen que ver con la elección de los puestos directivos en esa organización.
No se ha producido ninguna reunión para distribuir puesto alguno al margen de los eventos eleccionarios que se avecinan.
En cuanto al miedo de una división pienso que esa posibilidad es muy remota dado el apoyo de más de un 80 % con que cuenta Miguel Vargas y a su vocación de integrar a todos los que no resulten ganadores en la contienda interna. Miguel ha dado demostraciones claras y consistentes de su actitud unitaria, cuando hoy por hoy, la mayoría de los militantes y dirigentes que formaron la “Corriente Unitaria”, que postuló a Milagros Ortiz Bosch a la presidencia en la pasada convención, son de los principales soportes de sus aspiraciones a la presidencia del partido y a la candidatura presidencial.
Para consolidar la unidad con democracia y llevarnos a la victoria, querido Juan Bolívar, es imprescindible unificar el mando en la presente coyuntura. Seguir como siempre, es continuar con la componenda tradicional que a veces han convertido al PRD en un "buen partido de oposición".
El liderazgo racional, equilibrado y maduro de Miguel Vargas es el puente para llevarnos a un PRD para los nuevos tiempos"
Miguel Vargas Online
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