El ex canciller mexicano Jorge Castañeda insiste en que tanto Chávez como Lage y Pérez Roque "tenían intereses comunes que resultaron en una acción común": conspirar contra Raúl Castro.
Por: Carlos Crespo
La purga que se dio dentro del aparato político cubano a inicios de marzo siguió el mismo patrón de movimientos anteriores: renuncia, autocrítica y humillación de los involucrados.
Sin embargo, hay un dato resaltante que hace que el hecho haya llamado la atención del mundo entero: dos de los funcionarios involucrados en ella eran vistos como posibles sucesores de Raúl Castro.
A partir de este dato, y de las siempre escuetas explicaciones que da la nomenclatura de la isla, Jorge Castañeda, analista de la revolución cubana y ex canciller de Vicente Fox, propuso lo que ha llamado un "ejercicio especulativo bien informado" sobre lo que revelan los movimientos en la isla.
La conclusión la publicó la revista Newsweek: Hugo Chávez, el jefe del gabinete cubano Carlos Lage y el canciller cubano Felipe Pérez Roque tenían un acuerdo para conspirar contra Raúl Castro.
En comunicación telefónica desde México, Castañeda indica que es imposible establecer cuál de estos tres actores fue el que tomó la iniciativa.
Sin embargo, expresa que lo que sí está claro es que "los tres tenían intereses comunes que resultaron en una acción común" por el temor de que el hermano de Fidel conciliara con el gobierno norteamericano.
En su artículo, el intelectual mexicano recuerda que a Lage se le ha atribuido la dirección de la economía de la isla desde el inicio de los 90, mientras que Pérez Roque era un político que había logrado cierto respaldo popular por su carisma y su origen popular.
Para el analista político no hay duda de que Raúl presentó las pruebas de la conspiración a su enfermo hermano quien decidió sacarlos del gabinete. Castañeda explica que la expulsión de dos de los dirigentes más cercanos del longevo dictador no tiene relación con sus creencias ideológicas.
"No tiene nada que ver si son radicales o no, si son de izquierda o de derecha, si son corruptos o no. El único criterio de toda la vida ha sido si se presentan, a ojos de Fidel Castro y ahora de Raúl, como una amenaza real o potencial para ellos".
A su hipótesis Castañeda añade un elemento: la críptica carta de Fidel del 3 de marzo sobre el cambio en el Consejo de Ministros.
Luego de alegar que los funcionarios destituidos se habían dejado llevar por sus ambiciones de poder, el mandatario cubano introduce un extraño párrafo en el que menciona el Clásico Mundial de Beisbol.
En el texto Castro dice que "Leonel Fernández me contaba ayer por la tarde que los excelentes peloteros profesionales dominicanos no deseaban participar en esas competencias, estarían ausentes con dolor para el pueblo que los vio nacer", para luego agregar inmediatamente que "Chávez, ignora todavía por qué sus magníficos pitchers y bateadores serán derrotados por nuestros atletas".
Para el mexicano este es un mensaje cifrado a Chávez, quien habría contactado al presidente de República Dominicana para ganar su respaldo en la conspiración.
Sin embargo, Fernández se habría negado a participar. "Yo creo que lo pudo haber contactado en primer lugar porque estaba allí, en segundo lugar porque el presidente Chávez tenía pensado, sin razón, que Dominicana está tan dependiente por el tema del petróleo que está obligada a hacer lo que Chávez le pida".
Lo cierto es que, como es costumbre en Cuba, los funcionarios renunciantes admitieron por escrito "sus errores". Para el analista del gobierno cubano los cambios que se produjeron en La Habana no modificarán las relaciones de la isla con Estados Unidos.
"Yo no creo que el presidente Obama tenga mucho margen para hacer cambios importantes en relación con Cuba ni que Raúl Castro pueda tomar las medidas necesarias para este tipo de reconciliación".
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