Por Alejandro Almánzar V.
Si bien es cierto que la prensa debe tener acceso a las informaciones, sobre todo aquellas que despiertan el interés en la sociedad, debemos tener presente que eso no nos faculta a poner en juego la vida de ningún ciudadano investigado por algún delito.
La muerte del ex coronel José Amado Gonzales Gonzales, fue el producto de un exabrupto periodístico-judicial, jugando al protagonismo. La Procuraduría General de la República debe ir pensando en establecer el secreto de la información en casos complejos como este.
Identificar a personas investigadas sobre el crimen organizado, es decretar su muerte y provocar el silencio, pues estos no permitirán ser denunciados y lo impedirán a su estilo, derramando sangre de forma dantesca, como lo sucedido con este ex oficial.
No es la primera vez que personas en proceso de investigación, sus nombres se debaten en periódicos escritos y digitales, estaciones radiales y canales de televisión, como si en lugar de informar, orientar, entretener y educar, pasaran a ser tribunales abiertos, donde se juzga y condena a culpables e inocentes con el mayor desparpajo.
Las autoridades deben prohibir que casos judiciales complejos sean manejados en estas cherchas noticiosas, para que las investigaciones no sean torpedeadas por individuos que desde estos medios no siempre sirven a los mejores intereses y para salvaguardar la integridad moral de investigados, partiendo de la presunción de inocencia.
Hoy muchos deben sentirse culpables por la muerte violenta del coronel Gonzales Gonzales, por la falta de prudencia para difundir informaciones y otros por no darle la protección que demandaban las circunstancias.
Este asesinato abre un inmenso abanico de preguntas sin posibles respuestas, como por ejemplo: ¿Quiénes temieron ser delatados dentro de esos cuerpos investigativos? ¿Será esto obra exclusiva de Figueroa Agosto o de militares y policías a su servicio? ¿Intervinieron manos de funcionarios de altos niveles en su ejecución?
Siendo esta interrogante afirmativa, preguntamos, ¿Saldrá con vida de República Dominicana el fugitivo boricua? ¿Esta equivocado el doctor Vincho Castillo cuando hace esta afirmación? Si Figueroa Agosto no se va a dejar delatar ante la justicia dominicana, ¿Permitirán sus protectores que él los delate con el FBI y la DEA en Estados Unidos? ¡Bueno, eso veremos!
Por un exabrupto periodístico-judicial, este se llevó a la tumba todo cuánto sabía sobre el fugitivo y su red de sicarios de altos calibres en el país y ahora los investigadores tienen las manos vacías para enfrentar en la justicia a estos delincuentes.
Quienes caen en el abuso de las libertades públicas, algún día se arrepentirán si no lo están haciendo con un fin deliberado, respondiendo a intereses de quienes siguen soñando con el regreso de la intolerancia política al poder.
Desde la muerte de Trujillo, algunos dan muestra de no estar preparados para vivir las libertades públicas, incluyendo medios de comunicación, pero eso tendrá sus consecuencias mas temprano que tarde y habrá tiempo suficiente para ver sin son tan fieros como se pintan.
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