Raúl Pérez Peña (Bacho)
Una intensa publicidad difunde la consigna “Juan Bosch: 100 años de una vida ejemplar”, a propósito de cumplirse un siglo del nacimiento del fundador del PRD y del PLD.
En primera lectura, muchos infantes pudieran entender que Juan Bosch duró 100 años de vida. Algunos pudieran creer que su muerte fue hace 100 años.
Ambas interpretaciones serían tolerables ante los frecuentes disparates de estudiantes víctimas de una desastrosa formación escolar.
Lo de la vida ejemplar puede que haya salido de la cabeza de algunos dirigentes morados cuyo comportamiento dista mucho de ser ejemplar.
Un subyacente complejo de culpa puede incidir en que una conciencia carcomida se incline reverente ante una conducta ajena a distancia kilométrica de la suya.
Sería un craso error pensar que en la cúpula del PRD se terminaron los comportamientos ejemplares. Pero de que son escasos, son escasos.
Tan escasos que habría que ver los casos.
Un antiguo miembro del PLD comentó que, salvo contados amigos, difícilmente se pueda presentar un dirigente morado a reclamar la herencia de moralidad que le dejó Juan Bosch.
El ex peledeísta agregó: “No es por Bosch, sino por ciertos herederos”.
En una tertulia se estuvo ventilando la suma financiera de las fortunas de los dirigentes morados que son funcionarios activos o legisladores.
Un presente dijo que pueden fundar un banco y no precisamente de parque.
Otro contertulio afirmó que no se sorprendería si le dicen que algunos apuntan a cifras en millones que llenan de bochorno la memoria de Bosch.
Cuando un tercero alegó que también hay dirigentes del PRD con fortunas multimillonarias, un crítico que sabe de gramática respondió que perredeístas y peledeístas son aves de una misma bandada y que las relaciones de origen son de fratría.
En fin, resulta polémica la publicidad del aniversario de Juan Bosch. Lo controversial cubre también episodios en que el prolífero escritor actuó como protagonista político.
Algunos críticos rememoran al PRD que denunció en 1959 los preparativos de las expediciones del 14 de Junio.
Otros recuerdan el “borrón y cuenta nueva” con los trujillistas en 1961.
Por su parte, los emepedeístas no olvidan la campaña “garrapaticida” aprovechada por Balaguer para llevar a la tumba a Otto Morales y otros líderes de la enseña roja y negra.