jueves, febrero 28, 2008

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El Nacional, Vespertino Dominicano

POR RADHAMÉS GÓMEZ PEPÍN


Algo funciona mal en República Dominicana cuando trece años después de haber nacido en su territorio, Katherine vale mucho menos que un cero a la izquierda. En la práctica no ha nacido.

Tampoco son algo sus hermanos Ronaldo, de 11 años; Karina, de 8; y José Luis, de 4.

Pero no sólo ellos. En la misma situación están su madre Saira Jiménez y se dice que otro medio millón de dominicanos.

Resultaría muy fácil acusar a las autoridades de que esto suceda, pero es innegable que la culpa no es de su exclusividad.

Los padres de esa madre y abuelos de esos niños lógicamente que tienen gran parte de la responsabilidad, aunque es evidente que dejaron de actuar cuando tenían que hacerlo a causa de su falta de escolaridad, que es responsabilidad del Estado.

¿Fuí lo suficientemente claro como para hacerme entender? Espero que sí.

Porque el Estado no suplió la enseñanza necesaria a los padres de Katherine y sus hermanos, como tampoco los de su madre, vivían casi al mismo nivel que los animales.

Y mientras esto escribía me trajeron el texto del discurso del Presidente ante los senadores y diputados reunidos en asamblea nacional, y pude leer que en educación e'pa'lante que vamos.

Es evidente que el Presidente no tuvo en cuenta que la educación empieza antes de uno nacer, y desde que esto ocurre está a cargo, de acuerdo con la Constitución, del mismo Estado.

De todas formas, la educación es esencial si se busca el progreso y por eso es justo reconocer lo que se hace en escuelas y liceos públicos -aunque no sea lo deseable- y en universidades. Pero hay que comenzar desde el principio, no a medio camino.

Hay que facilitar más allá de lo posible las declaraciones de nacimientos y, en la misma escuela, debían de ser más comprensivos a la hora de que aparezcan niños sin ese documento.

Es preferible inscribirlos así y corregir la falta en la marcha, antes que enviarlos para la calle a no hacer nada o limpiar vidrios de carros y guaguas o, en el peor de los casos, a prostituirse.

Que el acta de nacimiento, o lo que sea, no pase de ser algo secundario, puesto que lo esencial es que el niño desea aprender y no debe negársele la oportunidad de conseguirlo.

Ya el caso de Katherine, sus hermanos y su madre está en vías de solución, pues fue publicado por El Nacional en todas sus vertientes y las autoridades actuaron con presteza.

Lamentablemente no es el único y no debía esperarse a que El Nacional u otro medio lo vayan haciendo de conocimiento público. Es mejor idear otro método, mediante el cual las autoridades tengan una participación más activa y rápida.

Es algo de urgencia y no debía esperarse una fecha específica para comenzarlo.

Aunque usted no lo crea, estamos hablando del futuro del país.

rgomezdelnacional.com.do

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